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El arte de colgar cuadros en toda la casa

Sin cuadros la decoración de una casa está incompleta, por muy estilosa que sea. Cada día somos más conscientes y por eso nos esmeramos en buscar más y más ideas para colgar nuestras obras de arte favoritas como si fuéramos auténticos interioristas. No pueden faltar en el salón, en el dormitorio y en muchos otros rincones. Encontrar una forma especial de colgarlos es igual de importante que buscarles una ubicación estratégica. Estas opciones conquistan.

En el salón, galerías minimalistas con guías

colgar cuadros en el salon con guias2
Empecemos por el corazón de la casa, el salón, pese a que el sistema funciona perfectamente en cualquier estancia. Seguro que atesoramos cuadros realmente especiales para nosotros por diversas razones. Tal vez sean obras originales recién adquiridas de jóvenes talentos o todo lo contrario, pinturas y dibujos que llevan toda una vida con nosotros. Una elección ganadora es crear con ellos elegantes galerías que presidan la pared principal de la estancia.

A la hora de colgarlos, lo ideal es recurrir a sencillos mecanismos que a la vez embellecen, suman puntos a la composición final desde el punto de vista estético porque son elementos que de alguna manera decoran. Es lo que ocurre con los sistemas de guías inspirados en los de las galerías de arte en su versión doméstica. Con estas barras de aluminio y sus colgadores -de hilo de naylon, cable de acero o varilla- se consiguen montajes que no tienen nada que envidiar a los vistos tantas veces en exposiciones de arte. Son equilibrados, modernos, elegantes y livianos visualmente, realzando tus obras enmarcadas o sin enmarcar de gran formato, tamaño medio o pequeñas.

Gracias a estos sistemas de guías resulta fácil mover los cuadros hasta dar con la composición ideal, pues los colgadores son regulables. También es posible añadir nuevas obras si se desea. Es decir, que la galería vaya creciendo con solo incluir más ganchos en las hileras verticales. Una opción nada convencional para colgar nuestra colección de arte en el salón sin apenas realizar agujeros en las paredes.

Para el rincón de trabajo, barras de hierro forjado

cuadros estanterias
Una pared amplia y luminosa junto a la mesa donde trabajamos, o el rincón de lectura al lado de la librería. Son lugares que pueden ganar vida y muchísimo encanto si decidimos exhibir nuestras colecciones de cuadros más especiales, aunque no compartan la misma temática. Por tanto, merece la pena barajar formas de colgarlos inusuales, a base de materiales tradicionales que adquieren un importante protagonismo. Como las barras de hierro forjado, una excelente elección si nos gusta la estética ruda que generan en cualquier ambiente.

Su principal sello de identidad es que logran dar vida a composiciones tremendamente cálidas y con una expresividad muy marcada por su acabado y color. El efecto puede suavizarse o acentuarse en función de los marcos. Elegir modelos blancos o de maderas claras ayuda a que la composición sea más amable, mientras que los diseños oscuros o directamente negros consiguen un mayor impacto visual.

Normalmente estos sistemas para colgar son diseños robustos hechos por encargo y por lo tanto es difícil encontrar uno igual. A cambio, no admiten variaciones una vez hechos. Los montajes más originales con estructuras de hierro forjado se caracterizan por combinar cuadros de formato grande con obras bastante más pequeñas acompañadas de paspartús para ganar presencia visual en el conjunto.

En el recibidor, soportes con elementos de la Naturaleza

colgar cuadros naturalezaCiertos elementos y materiales que forman parte de la Naturaleza poseen un especial encanto para improvisar originales soportes donde colgar cuadros en solitario o formando parejas temáticas. Tienen un sello rústico o incluso cierto aire escandinavo y aunque son opciones no aptas para todos los públicos, sin duda conquistan en decoraciones donde manda el estilo natural y las propuestas informales, sin normas.

En concreto, las ramas gruesas secas caídas de los árboles se prestan a crear barras muy bucólicas y los cuadros con paisajes campestres parecen ser los favoritos para ser expuestos mediante sencillos cordeles directamente anudados a las ramas. Una forma de colgarlos casual y a la vez rica en detalles si se escogen obras enmarcadas con marcos de madera decapada, envejecida o tallada.

Sin duda son soportes que reclaman todo el interés decorativo posible una vez planteada la composición pictórica. De ahí que la pared desnuda del recibidor o un pasillo amplio que pide a gritos un toque de vida pueden ser los escenarios ideales donde colocarlos para disfrutar del efecto que provocan.

Un efecto similar generan las cuerdas gruesas de fibras naturales como el yute, el sisal o el cáñamo. Son justo lo que quizá vayamos buscando para dar vida a rincones artísticos que huelen a verano y playa. Podremos crear soportes rústicos de lado a lado de una pared, a modo de guirnaldas. O bien como sistemas para colgar dos o tres cuadros a distintas alturas mediante un solo nudo marinero. Una opción muy a tener en cuenta para obras de pequeño tamaño y retratos.

Para el dormitorio, expuestos sobre estantes

Los estantes se han convertido en fantásticos sustitutos de los sistemas para colgar cuadros más comunes. Y especialmente en los dormitorios, encuadrando la pared de la cama. Su éxito reside en que permiten agrupar en fila un número considerable de obras, con la ventaja añadida de que resulta facilísimo cambiarlas siempre que nos apetezca. O variar su distribución, pues tan solo van apoyadas sobre ellos.

Las composiciones de los cuadros son bastante libres; quedan bien perfectamente alineados, transmiten orden, y superpuestos propician conjuntos dinámicos.
Aunque en principio cualquier estante vale para dar rienda suelta a composiciones de este tipo, existen modelos expresamente diseñados para tal uso que llevan uno de los extremos más alto que el otro para que los cuadros no se muevan.

De nuevo los marcos tienen mucho que decir; mezclar modelos de distintos colores y estilos es más apropiado para decoraciones desenfadadas. Mientras que los marcos de idéntica estética y en dos tonos diferentes algo opuestos son una baza segura para dormitorios más equilibrados, como el negro y la madera clara. Un dúo atemporal que funciona.

Escrito por Artenet. Publicado en Noticias

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