Abd-ar-Rahmán ibn Hisham, sultán de Marruecos, saliendo de su palacio de Mequinez, rodeado de su guardia y de sus principales oficiales.
En 1845, Delacroix expone en el Salón este gran lienzo histórico, la obra más monumental que haya realizado sobre el tema marroquÃ. Cerca de quince años después de los hechos, la escena evoca una audiencia a la que asistió el pintor el veintidós de marzo de 1832, durante su viaje a Marruecos en compañÃa de Charles de Mornay, enviado por Louis-Philippe en misión diplomática. Pero el fracaso de la misión pudo haberle hecho cambiar de idea : en este cuadro ejecutado tardÃamente, el pintor se contente de representar el sultán en todo su esplendor. Varios croquis y hojas de cuadernos de Delacroix se deben relacionar con esta obra. Cabe destacar que más que una ilustración pintoresca de una ceremonia llena de colores, lo que nos presenta aquà Delacroix es un retrato monumental.