Colores y composición:
El cuadro utiliza una paleta de colores cálidos y vibrantes, donde predominan los tonos rojos, amarillos, y púrpuras, en contraste con verdes y azules más apagados que evocan un fondo abstracto, sugerente de movimiento y emoción.

Técnica: Los trazos son sueltos y cargados de energía, lo que refuerza la sensación de acción y ritmo. La textura gruesa del óleo añade profundidad, haciendo que la figura central destaque entre el caos armónico del entorno.

Escena: La bailaora en su vestido rojo parece estar en pleno movimiento, expresando con su postura la fuerza y la gracia de las bulerías, un palo del flamenco típico de Jerez. Aunque el rostro está ligeramente difuminado, se percibe la intensidad de su interpretación.

Este cuadro transmite la esencia del flamenco de una forma abstracta pero profundamente emocional, utilizando el color y la textura para plasmar la vitalidad y el espíritu del baile.