Esta pintura es la primera de una serie de obras ilustradas a partir de la antigua tradición de "San Francisco de Yare" (capital del municipio Simón Bolívar del Estado Miranda, en Venezuela), conocida popularmente como Los Diablos Danzantes de Yare.
Para esta pintura, Cartujo se inspira en los colores y rasgos clásicos que pueden encontrarse en estas máscaras, como: colores primarios (y algunos de sus derivados), cuernos, colmillos grandes y ojos resaltantes. A la vez, trata de dar textura y profundidad usando la técnica del puntillismo en lugares como nariz y cejas, sobreponiendo capas de pintura blanca en la frente de la máscaras y agregando tonalidades más oscuras de los colores utilizados, en ciertas partes de las facciones del rostro.