En esta obra de técnica mixta, he querido explorar la profundidad y la riqueza que se pueden lograr al fusionar texturas diversas sobre el lienzo. Cada capa de material, cuidadosamente elegida y aplicada, busca transmitir una experiencia sensorial, casi táctil, que invite al espectador a sumergirse en el mundo de la obra. El título lo elegí en honor a Mineko Iwasaki, la legendaria geisha de Kioto que, en los años 60 y 70, redefinió la elegancia y la maestría en el arte del entretenimiento. Su vida, llena de matices y complejidad, es la inspiración detrás de cada trazo y textura en esta pieza. A través de ella, quise capturar no solo la imagen de una mujer excepcional, sino también la esencia de una era y una tradición que ella encarnó con tanto fervor.