El valor connotativo que The Joy of Life nos quiere mostrar varias cosas entre ellas se encuentra
La interconexión del mundo y como todo convive entre sí:
De manera que el sol y el agua dan energía y sustento a las plantas a su vez estas sirven para alimentar a las abejas que revolotean y polinizan otras plantas.
De esta manera muestra la belleza de este mundo mediante el uso esos colores tan vivos y saturados.

Lo segundo que nos comunica es el encuentro con el verdadero yo, el ego, representado por el ojo y como al abrir esa parte nosotros nos llena la vida de color y alegría.
Pero este descubrimiento interior se consigue con mucha paciencia como muestran las manos ya enraizadas y habitadas por las abejas desde hace mucho tiempo de manera que no hay recompensa sin sacrificio.

La obra nos muestra una composición de punto de fuga el centro del ojo al que se dirigen las manos y el haz de luz
blanco que se divide en 2 arco iris mediante el prisma del ojo.
Este haz de luz se divide en 3 partes mediante las manos creando una composición en cruz. Dentro de esta cruz hay una composición circular formada por el sol, las plantas y los elementos de la derecha, mostrando un equilibrio visible en la obra.
Equilibrio que también se manifiesta en los colores y la disposición de ellos donde conviven colores tanto fríos como cálidos creando gran contraste y nitidez.
El exterior del ojo está compuesto por un líquido azul y morado que se convierte en un color más granate al llegar al párpado. El interior del ojo conformado por un dodecaedro donde en el triángulo central se dispone el iris que centra la atención en la pupila que absorbe la mirada del espectador, todo esto para mostrar el disfrute de la vida.